Home sweet home

Durante algunos años de mi vida viví en Barcelona y es una ciudad que me encanta, y a la que vuelvo siempre que puedo, me gusta pasear por el Born y visitar Montjuic, porque me trae muchísimos recuerdos, y todos ellos buenos.

Mis padres, mi hermana y yo vivimos allí muchos años en una casa preciosa gracias a una inmobiliaria de Barcelona. Si quieres comprar o vender casa en Barcelona, en esa ciudad hay muchas inmobiliarias que te pueden asesorar.

Y es que una casa es más que es eso, es un hogar, un refugio donde estar con los tuyos a gusto y en paz, da igual que sea grande o pequeña, lo importante para mí es que sea acogedora.

Como decía Albert Einstein “La vida es como una bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que seguir adelante” y, para eso, es fundamental tener tu refugio.

Y es que la vida son momentos, unos mejores que otros, algunos de ellos los disfrutas un montón y otros te gustaría borrarlos pero, al final, te das cuenta de que eran necesarios, una lección para convertirte en la persona que quieres llegar a ser. Y es en esos malos momentos cuando tienes que sacar lo mejor de ti misma.

Cuando estoy en alguno de esos momentos lo que más me ayuda es estar en casa, encender velas, poner flores y música, darme una ducha y sentarme en el sofá con una manta a tejer. Eso me hace feliz y me ayuda a volver a encontrar mi equilibrio.

Las heridas emocionales, que no se ven, son las que mas tardan en curar, las que más tiempo necesitan, porque cada persona necesita un tiempo diferente para curar sus heridas, y aunque algunas no se curan nunca, aprendes a vivir con ellas. Y es entonces cuando empiezas a ver la vida de una forma diferente, día a día, momento a momento, y a agradecer las pequeñas cosas, como tu hogar, ver salir el sol por la mañana, el olor del café recién hecho, una sonrisa y un abrazo, los colores del atardecer, unas palomitas y una peli o el beso de tus hijos. Cosas sencillas pero de un valor enorme, y de las cuales muchas veces nos olvidamos.

Para mí lo más importante es aprender a quererte a ti misma, cuidarte y mimarte, porque:

  • Está bien no estar bien.
  • Está bien decir que no.
  • Está bien darte un tiempo, el que necesites, porque cada persona es diferente.
  • Está bien equivocarse, y no hay que verlo como un error sino como un aprendizaje.

No hay que juzgarse ni castigarse.

Y, sobretodo, piensa que hoy es el día que importa, el día en el que lo puedes volver a intentar otra vez, el primer día del resto de tu vida.

Y a mi una de las cosas que más me gusta es organizar comidas o cenas en casa con amigos y familiar, reunirnos todos alrededor de una mesa y compartir cosas. Aquí os dejo un poco de inspiración para organizar una cena en casa, ideas de decoración, menú y demás.

 

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