Si hace unos años me hubieran dicho que acabaría convirtiéndome en una loca del punto lo habría negado rotundamente. Y es que, aunque mi abuela me enseñó a tejer cuando era pequeña, siempre me decía que no tenía la paciencia suficiente, así que lo dejé y estuve muuuuchos años sin coger una agujas.
Cuando me quedé embarazada de Ale, mi tercera hija, tuve que cogerme una baja por reposo y, como me subía por las paredes, mi madre (que era muy sabia) me dijo: "Sandra, ¿porqué no empiezas a tejer otra vez". Le hice caso y, desde entonces, no he dejado las agujas.
Tejer me ha enseñado a tener paciencia
Tejer me ha enseñado a hacer y deshacer
Tejer me ha enseñado a centrar …
Ir al post