La edad no importa

A pocas horas de mi 50 cumpleaños (es el 7 de diciembre) me viene a la cabeza la entrevista que leí en la revista Telva del mes de noviembre a la escritora británica Bernardine Evaristo, en la que decía:

«Soy un ejemplo de que nunca es tarde para el éxito»

A los 46 años conoció al amor de su vida; a los 51 tuvo su primer sueldo fijo como profesora en la Universidad Brunel de Londres; con 60 fue la primera mujer negra en ganar el Booker Prize con su octavo libro: Niña, mujer, otras y, con él, cambió todo: el reconocimiento, las ventas, el prestigio… La escritora británica Bernardine Evaristo es un caso claro de resiliencia, como ella relata en su Manifiesto: sobre cómo no rendirse. «Nunca, ni en los momentos más precarios, me arrepentí de mi decisión de ser escritora», afirma.

Nunca es tarde

Y me pongo a hacer un recuento de todas las cosas que he hecho estos años, porque a veces tendemos a fijarnos solo en las cosas malas olvidando todas las buenas que tenemos:

…a los 24 años terminé la carrera de Derecho (ya llevaba unos cuantos años trabajando cuidando niños, de azafata en ferias y congresos y el último año de carrera en un despacho de abogados)…

…a los 27 años me casé

…a los 29 años tuve a mi hijo Manu… a los 34 tuve a mi hija Celia… y a los 37 tuve a mi hija Alejandra

…a los 37 años volví a tejer y aprendí a hacer crochet y a coser

…a los 38 años cree Poleomenta, que actualmente compagino con mi trabajo como abogado…

…a los 43 años me divorcie del que pensaba que era el hombre de mi vida… pero resultó que no…

…a los 46 años año me volví a enamorar!!!

…a los 47 años hice un master de marketing digital y comercio electrónico

…y ahora estoy a punto de terminar una formación de 500 horas de Vinyasa Yoga

 

 

Me da un poco de vértigo esa cifra, pero me he liado la manta a la cabeza y estoy organizando una cena para 30 personas en casa… ¡¡porque hay que celebrar la vida!!

¿Os gustaría que os contara más cosas de la cena? Qué voy a cocinar y como lo estoy organizando…

 

Leo el poema de José Saramago y sonrío pensando en todas las cosas que me quedan todavía por hacer… me encantaría escribir un libro, bucear en Tulum, organizar un retiro de yoga y aprender a navegar en barco… porque, ¿qué importa cuántos años tengo?

¿Qué cuántos años tengo? 

¿Qué cuántos años tengo? -¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,
y otros «que estoy en el apogeo».
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa…

¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!

¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuántos años tengo?
Eso… ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.

Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!

Y a tí, ¿qué te gustaría hacer?

Recuerda… ¡nunca es tarde para hacer lo que quieras!

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