Todo empezó por casualidad: así convertí mi pasión en mi vida

"Emprender es elevar los sueños al plano de la realidad"

Serndipia, palabra mágica y genial por la que, por suerte o por azar, encuentras algo mucho mejor de lo que buscabas y que supera tus expectativas. Así surgió Poleomenta. Desde entonces, no he parado de aprender y de trabajar, robándole horas al sueño y a algunas otras cosas, porque emprender no es fácil pero sí emocionante.

Como decía Albert Einstein «hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad, y la energía atómica: LA VOLUNTAD».

Me acuerdo mucho de mi abuela… sentada en el sofá, tejiendo, son su perrita apoyada en el regazo y la bolsa de labores a sus pies, siempre llena de ovillos, y esas agujas antiguas de metal que nosotros utilizábamos para jugar. Por cierto, yo ahora utilizo siempre agujas circulares y de madera, pero eso os lo contaré otro día…

Recuerdo que entonces mi abuela me decía, cuando me enseñaba a tejer, que yo no tenía paciencia (tenía razón), y eso fue lo que buscaba años después cuando, al quedarme embarazada de mi hija pequeña Alejandra, volví a coger las agujas. Estuve unos meses de reposo antes de dar a luz y yo, que no me se estar quieta, me subía por las paredes, hasta que un día mi madre me dijo: «Hija, ponte a tejer, a ver si así te relajas»… 🙂

¡Y ahí empezó todo! Buscaba aprender a ser más paciente y a relajarme y encontré una pasión.

Yo, que jamás había estado en ninguna red social, abrí un perfil en Facebook y otro en Instagram, bajo el pseudónimo de Poleomenta porque me daba vergüenza poner mi nombre, para enseñar mis creaciones y contar trucos y consejos que iba aprendiendo, y que pensaba podían ayudar a otras personas. Con el tiempo he aprendido que esto es lo que se llama «validar un producto» o enseñarlo al mundo para que te dé su opinión.

En este punto os cuento que cometí el error de abrir mi perfil de Facebook como persona particular en lugar de página. Si estáis pensando en emprender os recomiendo que lo hagáis como página, la visibilidad es mayor y, además, es mucho más útil para medir estadísticas, visualizaciones y hacer campañas de publicidad que, con una inversión muy pequeña, tienen un gran resultado.

Poco después llegó el blog y con él la idea de enseñar lo que iba tejiendo mediante historias y mundos de fantasías, los que siempre me han gustado desde que era pequeña. El blog se convirtió también en vía de escape, como si fuera un diario, del estrés del día a día en el que todas nos vemos envueltas. En los últimos años de mi vida ha habido cosas buenas y otras no tanto, y Poleomenta ha sido muchas veces, junto con mis hijos, el instrumento para ayudarme a seguir adelante.

Entonces se abrió ante mi un mundo maravilloso, el de la creatividad (que pensaba que no tenía), un mundo que abrió mis sentidos, y me infundió unas ganas tremendas de seguir aprendiendo en todos los ámbitos (fotografía, marca personal, superación…) y crecer como persona, y me di cuenta de que me hacía muy feliz.

Pero, por otro lado, no sabía de nada, ni cómo lanzar un producto, ni cómo hacer fotografías bonitas, ni posicionamiento seo, ni redes sociales, ni marketing online, ni nada de nada…

Así que busqué la ayuda de un mentor y, además, empecé a formarme y aprender todas esas cosas, haciendo cursos de personas expertas en esas materias.

Estas son mis máximas y mis consejos:

  • Cree en ti misma, no hay nadie como tú
  • Todos tenemos algo que nos hace únicos
  • Es mejor hacer las cosas despacio y bien, que rápido y mal
  • Cuida los detalles y busca la excelencia
  • No te quedes en la idea, llévala a la práctica («learning by doing»)
  • No tengas miedo a equivocarte, aprenderás de tus errores que son los mejores maestros
  • Nunca dejes de aprender, la vida es un continuo aprendizaje
  • Lleva siempre una libreta y un lápiz contigo y apunta todas las ideas que se te pasen por la cabeza, por muy locas que te parezcan.

Para ayudaros en vuestro proyecto personal, tengo una sorpresa, un bundle sobre emprendimiento que incluye algunos de los cursos que he hecho yo (y que me han ayudado muchísimo), otros que estoy haciendo y otros que no me pierdo por nada del mundo. De momento sólo puedo deciros que sale a la venta el lunes 2 de octubre, que es un chollo el precio que tiene, muchísimo más barato que si compraras cada curso por separado, y que estará a la venta por un tiempo limitado.

Así que estad atentas que el lunes que viene os lo cuento y enseño todo porque, si estáis pensando en emprender y convertir vuestro sueño en vuestra vida, ¡no os lo podéis perder!

¡Besos y feliz semana!

 

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

  1. Yo siempre he cosido (soy hija de modista) y aparte de hacerme mi propia ropa desde adolescente, a mis hijos les hice su ajuar. Con 9 años mi abuela me enseñó a tejer y, también como a tí, me decía que no tenía paciencia. Eché las agujas en el olvido hasta que en el embarazo de mi segundo hijo me pasó como a tí y decidí hacerle unos patucos. Al final acabé haciéndole la canastilla completa y desde entonces ha sido un no parar. Tanto que casi he dejado de lado la costura. Básicamente la he relegado a hacer arreglos (subir bajos, poner cremalleras…) y a hacer ropa para ocasiones especiales (este verano, para una boda, me hice mi vestido y las camisas de mis hijos). Y la razón por la que la he dejado un pelín de lado, con respecto a las agujas, es porque el punto me lo llevo a todas partes (que nunca se sabe cuándo y cuánto tendremos que esperar je je) y me resulta más cómodo. Hasta que inventen la máquina de coser, mesa y bártulos en general de costura todo tamaño bolsillo ja ja ja. Vaya rollo te he soltado, Sandra, perdona.

    1. Hola Ana,

      ¡Qué bueno! tenemos historias y aficiones muy parecidas. Yo sigo con la costura pero es verdad que las agujas son más llevaderas para ir con ellas a todas partes 🙂

      Un beso grande,

      Sandra

    1. ¡¡Hola Eva!! Me alegro de que te haya gustado el post. A ver si organizo algo pronto y nos conocemos.

      Un beso,

      Sandra

  2. Sandra muchas gracias por compartir este maravilloso post. En muchos aspectos del mismo me siento muy identificada. Mi blog surgíó también como una vía de escape, y aunque reconozco que no soy constante y que me falta continuidad, admito que me hace mucho bien escribir. Comparto todas y cada una de tus máximas. De verdad te digo, que en estos momentos necesitaba leer unas palabras tan positivas como las tuyas. El lunes estaré ansiosa a ver tu post y apuntarme al Buñuel. GRACIAS !!!

    1. ¡Hola Susana! Un millón de gracias por tus palabras. No sabes cuanto me alegra oírlas y saber que ayudan a otras personas. Te animo a seguir con el blog si eso te hace feliz como a mí. Al final la vida son 4 días.

      Un beso grande,

      Sandra

  3. Gracias Sandra por tu testimonio y todo lo que compartes cada día.
    Yo he tenido que hacer un parón profesional por problemas de salud y vi en este tiempo una oportunidad de aprender cosas diferentes a mi ritmo. Empecé a coser y al poco me hablaron de ti y cuando vi las cosas tan bonitas que haces de punto y ganchillo se me cayeron todos los prejuicios que tenía (no pensaba que se pudieran hacer prendas tan estilosas) y me animé a aprender.
    Así que yo que no sabía ni coger una aguja aquí estoy, cosiendo, tejiendo y planeando empezar a bordar.
    Muchísimas gracias!!
    Besos

    1. ¡Hola Pilar! Gracias a ti por tus palabras, vosotras sois las que me animáis a seguir. Espero que estés recuperada de tus problemas de salud. A veces las cosas no tan buenas que nos pasan en la vida sirven para que nos sucedan otras mucho mejores.

      Un beso gigante,

      Sandra

  4. Me ha encantado leer tu post y en cierta forma, me siento identificada.
    Yo soy hija de modista y por ello fui «pinche» mientras viví en casa de mis padres. Nunca me atrajo lo de confeccionar prendas pero sí el hacer labores: punto de cruz, algo de calceta…La mayor parte, para hacer regalos, poco tengo para mí.
    Con la llegada de mis hijos, lo dejé todo y pasados quince años…(mi baja por maternidad fue excesivamente larga), retomé poco a poco la costura, rematando labores que habían quedado a medias y por influencia de una amiga, creé @agullaefio, con ilusión y muchas lagunas, al igual que tú comentas en el post. Con poco tiempo ya que tengo otra profesión que ocupa la mayor parte de las horas del día.
    Ojalá pudiese formarme en un montón de apartados que no domino pero sin desesperar.
    Hago lo que puedo e intento no desesperar.

    1. ¡Claro que sí Aurora! a mi me pasa como a tí, voy poco a poco, compaginándolo todo porque son muchas cosas las que hacemos, sin prisa pero sin pausa. Como os decía en mi post prefiero hacer pocas cosas pero bien hechas que muchas mal hechas. Yo sigo formándome continuamente. En mi siguiente post os contaré una cosa que os puede ayudar y que incluye muchos de los cursos que he ido haciendo yo, a mi ritmo.

      Un beso grande,

      Sandra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡No te pierdas nada! Suscríbete a la newsletter

Para que te enteres de todo antes que nadie, para que no te pierdas cosas que te gustaría encontrar, para llevarte sorpresas, ideas y sonrisas… para ti